lunes, 17 de septiembre de 2012

CONSEJOS PARA JÓVENES ESCRITORES


Escribir ¿Es un don, una técnica o un arte?
El escritor ¿Nace o se hace?
Si escribir es un don con el que se nace, habrá que desarrollarlo, potenciarlo y practicarlo.
Si es una técnica a desarrollar la deberemos aprender, ejercitar, practicar y potenciar.
Todo eso deberá convertirse tarde o temprano en un arte. La creatividad es el motor y la perseverancia la gasolina.

Escribir no es fácil y tenemos ese gusanillo dentro que es el deseo de transformar en palabras lo que bulle en nuestras cabezas. Nos enfrentamos a la hoja en blanco y, ¿que deberíamos hacer?

Nuestro consejo sería:

Leer. La lectura para el escritor debe convertirse en un hábito y en una necesidad. Lee buenas novelas (recomendable e imprescindible leer también a los clásicos). Lee como parte del aprendizaje en tu carrera como escritor.
Analizar. Mientras lees debes analizar lo que has leído, no seas un lector conformista. Analiza la estructura profunda de la novela, la que no se ve pero que es la tesis del escritor (lo que ha querido decir con esta historia) ¿Ha conseguido trasmitirla?
Analiza también la estructura superficial, cómo ha dicho lo que quería decir, cómo ha sido su manera de contarlo y los recursos utilizados, ¿ha conseguido engancharte? Anótalo todo en tu libreta de escritor y practica con tus propias historias.
Estudiar la técnica. No es lo mismo escribir un pequeño cuento, un diario, artículos periodísticos o una novela. Hay libros y apuntes, talleres literarios o ensayos que pueden orientarte. (por ejemplo: “El viaje del escritor”, de Christopher Vogler o “Morfología del Cuento”, de Vladimir Propp” para hablar de los arquetipos y de la escritura superficial y profunda; “Cómo no escribir una novela”, de Howard Mittelmarrk y Sandra Newman de ejemplos y errores y “Escribir, manual de técnicas narrativas, de Enrique López) Es importante utilizar las herramientas del escritor apropiadamente para ser certeros en nuestros textos: giros, resumen, escenas, secuencias, estructuras, trama y sub-tramas, ejes, ritmo o tono.
Potenciar la creatividad. Planear las escenas desde distintos angulos, darle una vuelta de tuerca a la situación y plantearla desde varios puntos de vista, no dar por acabado un argumento ni una idea hasta darle una y otra vuelta en la cabeza.
Escribir y escribir. No rendirse al desánimo ni al hastío. Perseverar. Obsesionarse y no dejar de escribir. Llevar una libreta siempre con nosotros y apuntar todas las ideas, cualquier idea y luego ir a casa o al bar o a la biblioteca y escribir y escribir.
Aceptar las críticas. Una vez escrito, darlo a leer a alguien profesional para saber sus sugerencias, no ser cerrado a sus comentarios e intentar comprender sus opiniones sin convertirlo en una causa personal y darle una nueva vuelta de tuerca a la historia hasta conseguir que sea redonda.
Ser paciente. Una vez terminada la obra moverla, presentarla a premios, darla a algún agente literario o presentarla a alguna editorial sin sentir el agobio de los nervios. No caer en las falsas expectativas de editoriales que ofrecen servicios de autoedición (porque quemaremos las novelas) o que no tengan capacidad de producción y distribución.
  
Buenos escritos a todos.

Piluca Vega y Fernando Riquelme

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