Escribir
¿Es un don, una técnica o un arte?
El
escritor ¿Nace o se hace?
Si
escribir es un don con el que se nace, habrá que desarrollarlo, potenciarlo y
practicarlo.
Si
es una técnica a desarrollar la deberemos aprender, ejercitar, practicar y
potenciar.
Todo
eso deberá convertirse tarde o temprano en un arte. La creatividad es el motor
y la perseverancia la gasolina.
Escribir
no es fácil y tenemos ese gusanillo dentro que es el deseo de transformar en
palabras lo que bulle en nuestras cabezas. Nos enfrentamos a la hoja en blanco
y, ¿que deberíamos hacer?
Nuestro
consejo sería:
Leer. La lectura para el escritor debe convertirse en
un hábito y en una necesidad. Lee buenas novelas (recomendable e imprescindible
leer también a los clásicos). Lee como parte del aprendizaje en tu carrera como
escritor.
Analizar. Mientras lees debes analizar lo que has leído, no
seas un lector conformista. Analiza la estructura profunda de la novela, la que
no se ve pero que es la tesis del escritor (lo que ha querido decir con esta
historia) ¿Ha conseguido trasmitirla?
Analiza
también la estructura superficial, cómo ha dicho lo que quería decir, cómo ha
sido su manera de contarlo y los recursos utilizados, ¿ha conseguido engancharte?
Anótalo todo en tu libreta de escritor y practica con tus propias historias.
Estudiar la técnica. No es lo mismo escribir un pequeño cuento, un
diario, artículos periodísticos o una novela. Hay libros y apuntes, talleres
literarios o ensayos que pueden orientarte. (por ejemplo: “El viaje del
escritor”, de Christopher Vogler o “Morfología del Cuento”, de Vladimir Propp”
para hablar de los arquetipos y de la escritura superficial y profunda; “Cómo
no escribir una novela”, de Howard Mittelmarrk y Sandra Newman de ejemplos y
errores y “Escribir, manual de técnicas narrativas, de Enrique López) Es
importante utilizar las herramientas del escritor apropiadamente para ser
certeros en nuestros textos: giros, resumen, escenas, secuencias, estructuras,
trama y sub-tramas, ejes, ritmo o tono.
Potenciar la creatividad. Planear las escenas desde distintos angulos,
darle una vuelta de tuerca a la situación y plantearla desde varios puntos de
vista, no dar por acabado un argumento ni una idea hasta darle una y otra
vuelta en la cabeza.
Escribir y escribir. No rendirse al desánimo ni al hastío. Perseverar.
Obsesionarse y no dejar de escribir. Llevar una libreta siempre con nosotros y
apuntar todas las ideas, cualquier idea y luego ir a casa o al bar o a la
biblioteca y escribir y escribir.
Aceptar las críticas. Una vez escrito, darlo a leer a alguien
profesional para saber sus sugerencias, no ser cerrado a sus comentarios e
intentar comprender sus opiniones sin convertirlo en una causa personal y darle
una nueva vuelta de tuerca a la historia hasta conseguir que sea redonda.
Ser paciente. Una vez terminada la obra moverla, presentarla a
premios, darla a algún agente literario o presentarla a alguna editorial sin
sentir el agobio de los nervios. No caer en las falsas expectativas de
editoriales que ofrecen servicios de autoedición (porque quemaremos las
novelas) o que no tengan capacidad de producción y distribución.
Buenos
escritos a todos.
Piluca Vega y Fernando Riquelme