miércoles, 29 de agosto de 2012

LA FIESTA DE LA HARLEY DAVIDSON


Una camiseta decía: “libertad total” y la música de rock nos aceleraba a unos con otros. Village People, Rolling Stones, Madonna y Deep Purple nos obligaban a salir a la acera y al asfalto a bailar -con el tráfico detenido quien sabe dónde- levantando los brazos, agitando las manos, moviendo las piernas y sonriendo a cualquiera de nuestro lado. 
Chalecos y pantalones de cuero, chupas negras, botas de media caña y gruesas trenzas rubias sobre los hombros de las mujeres Harley Davidson habían detenido el tiempo en ese poblado del sur de Francia. El alboroto no sonaba a pasado sino a presente, un ahora hecho de personas que se han resistido a ser comidas por el Sistema que todo lo devora. 
Un “NO” con mayúsculas como respuesta a un control excesivo y a una legislación agobiante. Un “NO”, hecho de alegría, de felicidad y de insolencia. Un puñetazo en el estómago que empuja a los mequetrefes a los infiernos. 

La camiseta decía: “libertad total” y, nosotros, como escritores deberíamos defenderla a todas horas. La libertad es nuestra, no dejemos que tan sólo nos permitan usarla de cinco a seis, los días pares, con la luz encendida y siempre que no chillemos demasiado. 

Fernando Riquelme y Piluca Vega  

martes, 21 de agosto de 2012

UN BUEN INICIO


Estamos de vacaciones, y en vacaciones no hay nada mejor que disfrutar de lo que más nos gusta. Entre esas cosas está la lectura, así que este verano unimos el placer al trabajo y aprovechamos para adelantar lecturas que tenemos pendientes en la agencia.

Uno de los desencadenantes que despiertan el interés por una historia es el inicio de la misma. Esas primeras páginas harán que el lector se enganche o, por el contrario, desista de su lectura.

Un buen inicio es aquel que en pocas líneas consigue que el lector se haga un montón de preguntas y quiera saber su respuesta. Se trata de plantear el conflicto desde el principio, sin rodeos, sin largas explicaciones; ni tan siquiera un largo resumen sobre la vida del protagonista que puede llegar a cansarnos porque no pasa nada.

El buen inicio es aquel que con brevedad y precisión nos sitúa en un escenario, con un personaje o personajes a los que les sucede algo. Es un juego de artificio que nos mete de lleno en la historia de la que aún no sabemos casi nada, pero que nos engancha.

Podríamos poner mil ejemplos de novelas con buenos inicios, pero seguro que ya os están viniendo a la mente un montón de títulos que os pueden servir de ejemplo.

Y como nosotros también tenemos favoritos os dejamos este de Paul Auster en La Trilogía de Nueva York:

“Todo empezó con un número equivocado, el teléfono sonó tres veces en mitad de la noche y la voz al otro lado preguntó por alguien que no era él. Mucho más tarde, cuando pudo pensar en las cosas que le sucedieron, llegaría a la conclusión de que nada era real excepto el azar.”


Tenerlo presente al comenzar a escribir vuestras historias, merece la pena dedicar tiempo a plantear un buen inicio

Os deseamos unos muy "Buenos Inicios".

Fernando Riquelme y Piluca Vega

martes, 14 de agosto de 2012

LOS DOS ESCRITORES DEL ESCRITOR.


El escritor se mueve, al menos, entre dos escritores que luchan por sobrevivir en su interior. El primero se esfuerza por conseguir su estilo propio, su concepción de la literatura, sus temas y su forma particular de narrar. Lo que quiere decir, lo que dice y cómo lo dice. El segundo se mueve por la necesidad de ser leído, por perseguir los temas de moda, la exigencia del mercado, la exigencia de alcanzar un bombazo literario y su relación con agentes, editoriales y medios de comunicación.
 
Hay dos caminos: seguir el camino propio, encerrarse en la creación personal, sentirse el enemigo del mundo y perseverar en la línea marcada por uno mismo o estar atento a las tendencias, perseguir los temas de actualidad (literatura de mujeres, novela romántica, histórica, fantasy, etc...), contar las historias con estructura de Best Seller (inicio con conflicto, avance con diálogos y escenas visuales, giros constantes, mantener la atención del lector, etc...) e ir como loco persiguiendo de cerca los espejismos.  

Como siempre, la elección es dura y el espesor de la sangre de cada uno u una tendrá mucho que decir al respecto. Es imprescindible seguir el propio olfato, empecinarse en decir las cosas en las que crees, escribir buena literatura y dar alas a la creatividad pero también se necesita estar en el mundo, escoger bien los temas y los tratamientos y escribir sobre temas que interesen a las editoriales y a la gente.

El escritor corre una carrera de fondo y debe tener sobre todo paciencia, olfato y paciencia y no ser un idiota. El éxito fácil nunca es tan fácil como parece y el encerrarse en uno mismo puede asesinarnos sin que nadie se entere de que escribimos tan siquiera.

El escritor debe ser consciente de que tiene dos escritores dentro de él y que debe cuidarlos a ambos por igual.

Piluca Vega y Fernando Riquelme
           Página Tres.